Últimamente he aprendido que el amor más importante y gratificante es el que tengo conmigo mismo, dijo Yves Saint Laurent alguna vez. Estamos en febrero, el mes del amor por antonomasia.
Este es el mantra: «Quiérete, mímate, cuídate».
Porque todo empieza en ti y por ti. No existe amor más destacado para desarrollar, hacer crecer y potenciar que el amor propio Para querer, primero hay que quererse.
Lo llaman self-love y aseguran que es el secreto de las personas felices. Anteponerte, buscar tu bienestar y apostar por tu crecimiento, tanto físico como mental y emocional, es también aquello con lo que se logra alcanzar un equilibrio saludable entre el terreno personal y el profesional. Invertir tiempo en conocernos mejor y, sobre todo, a aceptarnos tal
y como somos. Así que deja de sabotearte, de fustigarte por los errores, acepta tus debilidades y trátate con el mismo mimo que tratas a los demás.
En la vida, como si de una emergencia se tratara, tienes que salvarte a ti primero antes de ayudar. Lo seguimos olvidando y nos quedamos en un segundo plano, pensando sólo en los que nos rodean. Eso, de alguna manera, es ser egoísta con nosotras mismas. Mejor aprende a regalarte un tiempo de calidad para hacer lo que te gusta, verás cómo aumenta tu autoestima, ganas en confianza y, lo más importante, te sienta bien.
«Dedícate más a las cosas que te gustan y menos a las que odias, y deja de castigarte por algo que no puedes controlar.
A veces se necesita parar, tomarse un tiempo, disfrutar de lo vivido y obligarse a quererse. No es fácil, no, pero pruébalo. Esto no es siempre igual para todas, cada una escoge lo que le funciona: practicar yoga hasta disfrutar un tratamiento de belleza, ir de compras con una amiga, salir a disfrutar de la naturaleza, ver una serie o leer un libro. Sin duda es un arte que se puede aprender, que se perfecciona poco a poco.
Oscar Wilde decía que «Amarse a sí mismo es el comienzo de un idilio que durará toda la vida».