Son atemporales, no pierden nunca sus credenciales de moda y se transmiten de generación en generación. Las veremos como clave de estilo este 2024.
La historia de su nombre se remonta a 1978, la talentosa tenista Chris Evert participó en el torneo Open de Estados Unido. Llevaba en la muñeca una pulsera de diamantes que se le cayó durante el partido, que fue interrumpido para que la deportista buscara su preciada joya en la pista. Y así, el tradicional río de diamantes, antaño conocido como «brazalete eterno», pasó a llamarse «brazalete tenis».
Durante muchos años estuvo reservada para las ocasiones especiales. Ahora, esta joya, se está convirtiendo en un complemento para lucir a diario.
Su versión en collar es una de las piezas favoritas desde hace varias temporadas, también para ellos pero es la pulsera lo que obsesiona a las chicas «cool». Revisitada por los joyeros y diseñadores de renombre, es una pieza atemporal y discreta que realza sin esfuerzo cualquier atuendo. Sola o combinada, esta fila de brillantes adorna las muñecas de las prescriptoras de estilo.